(1756-1791)
País: Austria - Época: Clasicismo
Camille Saint-Saëns - "Marcha Turca" de la sonata para piano nº11 en La mayor K.331


Wolfgang Amadeus Mozart



(Salzburgo, actual Austria, 1756 - Viena, 1791) Haydn manifestó en una ocasión al padre de Mozart, Leopold, que su hijo era «el más grande compositor que conozco». El otro gran representante de la triada clásica vienesa, Beethoven, también confesaba su veneración por el salzburgués. Son elogios acerca del reconocimiento de que gozó Mozart, y que su misteriosa muerte no ha hecho sino incrementar. Genio absoluto e irrepetible, Mozart ocupa uno de los lugares más altos del panteón musical.

Hijo del violinista y compositor Leopold Mozart, Wolfgang Amadeus fue un niño prodigio que a los cuatro años ya era capaz de interpretar al clave melodías sencillas y de componer pequeñas piezas. Su padre lo llevó de corte en corte y de ciudad en ciudad para que sorprendiera con sus extraordinarias dotes musicales: Munich, Viena, Frankfurt, París y Londres fueron algunas de las capitales en las que dejó constancia de su talento antes de cumplir los diez años.

La formación de Mozart proseguía con los mejores maestros de la época, como Johann Christian Bach, el menor de los hijos del gran Johann Sebastian Bach, en Londres, o el padre Martini en Bolonia. Es la época de las primeras sinfonías y óperas de Mozart, escritas en el estilo galante de moda, pero que nada tienen que envidiar a las de otros maestros.

Todos sus viajes acababan siempre en Salzburgo, donde los Mozart servían como maestros de capilla y conciertos de la corte arzobispal. Animado por su creciente éxito, sobre todo a partir de la buena acogida de su ópera Idomeneo, Mozart decidió abandonar en 1781 esa situación para intentar subsistir por sus propios medios, sin más armas que su inmenso talento musical. Fracasó en el empeño, pero su ejemplo señaló el camino a seguir a músicos posteriores. Beethoven o Schubert, por ejemplo, ya no entrarían nunca al servicio de un mecenas o un patrón.

Tras afincarse en Viena, las obras maestras se sucedieron: en el terreno escénico surgieron los singspiele El Rapto en el Serrallo y La Flauta Mágica, partitura con la que sentó los cimientos de la futura ópera alemana, y las tres óperas bufas con libreto de Lorenzo Da Ponte: Las Bodas de Fígaro, Don Giovanni y Così Fan Tutte, en las que superó las convenciones del género. La producción sinfónica de Mozart, en especial sus tres últimas sinfonías, en las que anticipó algo del estilo de Beethoven, ni sus siete últimos conciertos para piano y orquesta, sus cuartetos de cuerda, sus sonatas para piano o el inconcluso Requiem. Su temprana muerte constituyó una de las pérdidas más dolorosas de la historia de la música.