Mateo Flecha el viejo (?1481-?1553)
Maestro español nacido probablemente en Prades. Parece ser que estudió en Barcelona. En 1523 fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Lérida. En 1544 fue maestro de la capilla de las infantas María y Juana de Castilla en Arévalo pero lo dejó en 1548. En 1581 su sobrino publicó la única colección impresa de las obras de su tío titulada “Las ensaladas de Flecha”.
Las obras de Flecha aparecen en el Cancionero de Upsala, en el de Barcelona y en el de Medinaceli. Insignes vihuelistas como Valderrábano, Pisador o Fuenllana adaptaron varias de sus obras. Incluso Cristóbal de Morales parodió una misa suya con una de las famosísimas ensaladas de Mateo Flecha.
Una ensalada está hecha de varios alimentos, pues una ensalada musical es un género del siglo XVI y está hecha de muchos fragmentos que terminan bien sazonados. Habitualmente eran de temática navideña, y solían citar otra obras y autores (como a Janequin). La ensalada que tuvo su máximo exponente en el músico tarraconense Mateo Flecha, “el Viejo”, cuyo sobrenombre pretende distinguirle en los anales de su sobrino homónimo, también compositor, al que la historia recuerda como Mateo Flecha, “el Joven”. La ensalada combina distintos ingredientes de diversa índole en una misma pieza musical. Por una parte, mezcla idiomas variados como el latín, castellano, catalán, francés, italiano y portugués. Adicionalmente, introduce tanto elementos profanos como religiosos. Finalmente, trata tanto temas serios como cómicos. Este abanico de tendencias tiene su equivalente en el tratamiento musical, dado que presenta frecuentes cambios de ritmo y una alternancia de las distintas voces que entran en juego: diálogos entre dos pares de voces, partes interpretadas en solitar, etc.
Prácticamente su obra conocida se reduce a las ensaladas, aunque también ha llegado hasta nosotros algún villancico suyo, cuya persistencia en el tiempo hay que agradecer al otro Mateo Flecha, “el Joven”, que las publicó en Praga (no sé por qué precisamente en dicha ciudad) en 1581. De hecho, el buen sobrino destaca “la cuales (las ensaladas) aunque son viejas, ninguno antes de él las compuso, ni después (con preciarse todos de ellas) nadie las ha recopilado ni hecho estampar”. Vamos, que si no llega a ser por él, nunca hubiéramos disfrutado de la obra de “el Viejo”. Sin embargo, de las once ensaladas conocidas por sus títulos, solamente han sobrevivido hasta nuestros días seis: Jubilate, El fuego, la Bomba, La negrita, La guerra y La justa.
El experto Higinio Anglés, editor de la edición moderna de las ensaladas de 1954, pone en evidencia la relación de éstas con los temas navideños, como por ejemplo “en La guerra describe con una realidad pasmosa la valentía del Gran Capitán, el Redentor recién nacido, que viene a luchar contra Lucifer”. Añade Anglés un juicio general sobre la obra de Flecha: “en estas piezas de las ensaladas, Flecha se presenta como el polifonista de más fuerza y de más genio entre los compositores españoles del siglo XVI que cultivaron la música profana.”
Pablo Rodríguez Canfranc
