Danzas renacentistas
En las cortes renacentistas las danzas de sociedad eran un fenómeno habitual. Los nobles y gente de renombre bailaban en parejas con coreografías complejas. Por eso, la mayor parte del repertorio instrumental del siglo XVI europeo está compuesto por piezas de danza interpretadas con diferentes instrumentos: laúd, clavecín, violas... las grandes fiestas incluso exigían un conjunto instrumental.
Pavana y Gallarda:
La pavana fue un baile grupal en el que variaban las parejas danzantes. El nombre provino de la ciudad de Padua. Fue una danza cortesana solemne, que antecedía a un saltarello o una gallarda. La gallarda solía interpretarse después de la pavana y era una danza rápida de compás ternario. Su origen se atribuye a Italia, su nombre deriva de gigolane, dar puntapiés. Su coreografía se caracterizaba por los saltos y movimientos enérgicos de la pierna.
Otras Danzas:
La alemanda fue una danza de origen alemán, que fue luego la introducción a la suite. La courante es una danza rápida en compás ternario. La chacona es una danza española que sirvió de modelo para la variación. La zarabanda es una danza solemne (posiblemente española) en compás ternario. La basse danse, improvisatoria, fue la preferida a fines del XVI. Luego empezaron a utilizarse melodías populares y se organizaron coreografías para cada una. Otras danzas fueron el turdión, el branle, el saltarello y la calada.
Estas formas se tocaban seguidas, una detrás de otra, lo que dio origen a la Suite de
suivre=> seguir. También se denomina a las suites partita (por incluir distaintas partes o danzas), ordre (nombre usado por Couperin) u obertura. Las puestas en escena de las suites tenían complejas coreografías y posteriormente condujeron al ballet escénico.
